Oración de consolación
Otra semana más,
se termina la mitad del año.
Me siento frente a ti –bueno de lado–
y te miro, y me siento feliz.
¡Cuánto ha cambiado el joven en estos seis meses!,
¡parece que fue ayer ese fin de semana de enero!
Ese fin de semana donde me hablaste
y me dijiste: –¡Yo siempre he estado ahí,
yo nunca te he dejado solo!
Al contrario, siempre te he cuidado;
siempre, como al Hijo-bien-amado, que eres.
¡Parece que fue ayer cuando me negaba a dejarte ganar!,
y mandaste al Amigo a decirme:
–¡No siempre va a ganar el hijo de Don Alfonso!
¡Parece que fue ayer cuando tenía miedo de esta relación!
y me enviaste a la Amiga que me dijo:
–Yo también lo siento siempre conmigo,
no te estás volviendo raro, es Amor.
¡Parece que fue ayer que dejaste por mano del Amigo
en mi liturgia un papelito con la frase de la Madre Clare!
la frase que hoy es estela:
–Ayúdame a devolverte el Amor
Hoy me dices: –No estás solo, estás muy bien acompañado.
Por eso hoy te escucho y te digo: –Te amo.
Por eso te alabo, por lo de ayer, por lo de hoy,
por lo que será…
Si esto hiciste en seis meses,
¿Qué esperar de una vida?
Hoy, al terminar este curso, al terminar el semestre
te quiero decir Gracias, solamente Gracias,
porque me devuelves la vida, me la das de nuevo,
gracias por tu fuerza y presencia en la oración,
gracias por todas las personas que pusiste en este camino,
ahora solo queda Amar, Amar y seguir Amando.