Darío y los mapas

Darío era un niño al que le encantaban los mapas, era un niño muy listo; se sabia todos los países y sus capitales, conocía muchos datos de países, incluso, sus amigos le decían que inventaba países.

Otra cosa que le gustaba y que tenia que ver con los mapas eran las historias de piratas. Le gustaban mucho y se imaginaba que él era un pirata, pero de los buenos, no de los que buscaban oro por avaricia, sino el quería buscar oro para ayudar a los demás, al final de todo, Darío era un niño muy bueno.

Cierto día encontró en su casa un libro raro, pero que tenia muchos mapas, parecían antiguos, eran de oriente. Lo comenzó a hojear y vio que era la historia de un hombre valiente, que tenia doce amigos, pero lo que más le impresionó fue una frase que encontró, está decía: «Donde está tu tesoro, ahí esta tu corazón».

Él no lo entendió en ese momento, era muy joven, pero se guardó la pregunta. Un día se encontró a un fraile en la calle, le preguntó ¿Qué significaba esa frase que leyó?, el fraile –solemnemente, como hablamos los frailes– le dijo que era una cita del Evangelio de Mateo en el capítulo 6 versillo 21, y que significaba que él era lo que amaba, y que eso que amaba estaba guardado en su interior. Darío no comprendió la respuesta del fraile.

Seguía teniendo la duda, entonces le preguntó a su madre, ella abrazándolo fuertemente, le dijo: –Tú eres lo más importante en mi vida, eres mi tesoro, por eso siempre te llevo en mi corazón. Lo mismo pasa con Dios, el nos quiere tanto que por eso vive en nuestro corazón, pero tenemos que encontrarlo, porque el está siempre ahí con nosotros–. Darío le dio un beso a su madre y se sintió contestado, entonces comenzó a buscar ese tesoro, donde Dios habitaba en su interior.

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